lunes, 27 de junio de 2016

DOS POEMAS DE VÍCTOR YANES, ANIMAL LUMINOSO

AMARGAMENTE RESENTIDO

Busco apartar de mi vista
Las deformes sombras de mi sufrimiento,
El lastre de las alfombras llenas de polvo.
¿Sabes?, yo estaba dispuesto a disparar,
a matar por el amor que arrebataron.

Mantuve las formas discretas de mi desencanto:
Aparente cordura, habilidad oportunista con la
Palabra,
Imagen social enormemente trabajada
Como quien no quiere ser descubierto
En su íntima fealdad de ser agraviado
Por las circunstancias propias del abandono.

SUGERENCIAS

Somos los chinos de ojos como platos,
somos los negros de la Europa
de piel blanca de Noruega,
somos hormiguero constante de un pasí de Asia
en medio del desierto,
somos árabes con Jesucristo colgantes,
somos un papel recortado del sueño de Manhattan,
somos de alguna parte porque el azar preparó
el imán de las suelas de los zapatos y
la patria con sus propuestas de arenas movedizas, Víctor Yanes.



Animal Luminoso” es el título de un libro de poemas de Víctor Yanes, escritor nacido en Tenerife pero muy unido a la isla de La Palma. Un libro en el que el poeta palpa la vida con una poesía desnuda, con una poesía de la experiencia que trasciende lo personal,  lo terrestre y lo espiritual.  Y como él mismo poeta afirma en una poesía que se transforma en animal luminoso.
En un animal como mito que encierra una visión de dolor, infelicidad y desencanto del ser humano. En un animal que es él mismo.
Afirma Daniel Bernal Suárez,  prologuista del libro que “Animal luminoso”es: Apetencia, de lo emotivo de raíz irracional de los instintos, de las pulsaciones terrestres.
Víctor Yanes activo ante la realidad y los acontecimientos que observa se convierte en el reflejo de la soledad del hombre, de ese hombre que acepta el dolor como algo propio. Del poeta que busca el amor como una necesidad pura, como un amor que lo pueda salvar.
Y para ello el poeta, igual que un periodista o un escritor, es un animal rebelde que trasciende la cotidianidad y sigue la pista, la contradicción que habita en el hombre y se convierte en el motor de la poesía.
El primer libro de  Víctor Yánez “Cuando Yo era otro” ve la luz en el 2007. Hoy en el 2016 al poeta le sigue gustando  hablar, en su soledad de su círculo íntimo, de su profundo carácter existencial y de su relación con el mundo que lo rodea; los amores, los amigos, la familia. De los excesos de pasión y sentimientos de pertenencia. De la isla de La Palma, su segunda casa que le atrapó en 2005, en aquel primer verano de la que es ya una larga relación, de amor- odio.
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jueves, 23 de junio de 2016

NOITE MEIGA

            Aunque ya nada pueda devolver
            del esplendor en la hierba,
            de la gloria en las flores,
            no hay que afligirse
            porque la belleza
            subsiste en el recuerdo.
                                   W.Wordsworth, Esplendor en la hierba

          Se aproximaba el solsticio de verano.
         Creía que me había olvidado, que vivía en Alemania, que tenía novia, que se había casado, que estaba loco.
         No creo en las casualidades; yo paseaba de un lado a otro, aprovechaba mis días de vacaciones cerca de Vigo, era la ocasión para estar contenta, pero soñaba con tropezarme con él

Playa de Las Canteras. Las Palmas de G. Canaria.

   
           De pronto una sensación extraña se apoderó de mí, percibí un calorcillo agradable, la proximidad. Volví la cabeza y él estaba allí, en su tierra, bien plantado, no cabía dentro de su alegría. Se acercó, le sonreí sorprendida. Comenzó a andar a mi lado como si hubiéramos retrocedido en el tiempo.
         -¿Te acuerdas de mí?
          -Claro,  -Estamos en la fiesta de San Juan no en los carnavales, donde nadie se conoce….
          Me miró con sus ojos oscuros. Estaba cerca, muy cerca. Aproximó sus manos a las mías, las tenía calentitas. Acarició disimuladamente un dedo, luego otro. Apretó mi mano, disimulé el temblor. Rodeó mi cintura con sus manos, me envolvió. Lo percibí intensamente. No hice ningún movimiento de rechazo. Parecía el héroe que regresa victorioso…
          No podía creer que me había abandonado.
         Resultaba increíble que estuviéramos otra vez juntos, después de tantos años…. Brindamos una y otra vez, por el
más delicioso de los encuentros:
         -¡Chin chin, -dije yo.
         -Por nuestro futuro  -añadió él.
         Allí estábamos los dos, nos carcajeábamos. La ausencia se escapaba. Parecía una fiesta bacanal…
         La verbena se celebraba en la playa de Panxón. En la arena las tinieblas nos observaban, parecía que estábamos a punto de contemplar un eclipse total. Dos hogueras grandes comenzaron a inflamarse. Se movían dentro del agua, los rayos láser alumbraban la hora mágica de la noche de San Juan. Pensé que medio país estaba haciendo el amor.
Brotaron las hogueras como surtidores de acuarelas, y el ruido de los petardos, cohetes y bengalas se oyó por toda la ciudad.
          El alma del cielo se liberaba, lucía vestida de miles de colores. Sentí escalofríos y él me pasó el brazo por encima… Regresó la música, el eco conquistó las voces. Todos bailábamos de una forma enardecida, abrazados a nuestras parejas sin pronunciar una palabra girábamos y girábamos. Las meigas acompañadas de un enorme griterío, invadían el Paseo Marítimo…
         De pronto parpadeé y tuve la impresión de retroceder a través del tiempo, de regresar a los primeros años de mi infancia en la isla. Nos pasábamos varios días recogiendo trastos viejos por todo el barrio, preparando la base de la hoguera. Recorríamos las casas de los vecinos y coleccionábamos gran variedad de enseres. Era la ofrenda a las llamas: ropas inservibles, sillas viejas, mesas destartaladas, cajas que quizás contuvieron cartas secretas, revistas y periódicos que nunca se leyeron, pedazos de mobiliario llenos de historias. Debíamos quemar el mal.
          Por las calles los papahuevos anunciaban la fiesta. ¡Me divertía tanto corriendo tras ellos! Sonaban tambores, maracas y cornetas. Yo desfilaba. Ellos bailaban, saludaban se acercaban a los niños. Se abalanzaban. Los asustaban.
         En la arena hicimos un montón con los cachivaches que habíamos recolectado. Era la noche para la liberación, para exorcizar malos tiempos. El chico que más me gustaba me cogió la mano, me la apretó… No me retiré; al contrario, se me escapó una sonrisa en forma de pompas de jabón. Una sensación acariciante, me quedé rígida. En ese momento decidí que no me lavaría la cara en un año. Me tembló el corazón, sabía que eso era pecado. Yo quería ser virgen hasta que me casara. ¡Cuántas cosas bonitas me decía!
         Las parejas que habían bajado a la arena anhelaban que oscureciera, los chiquillos del barrio practicaban canciones, saltos y brincos. Jugaban se divertían. Esperaban que pronto ardieran las hogueras y escalaran alto, tan alto como las casas. Que se abrieran de par en par los castillos fantásticos y que las princesas encantadas se desencantaran. Esperaban que dieran las doce. 

Chocolate, molinillo, corre, corre
que te pillo.
A estirar, a estirar,
Que el demonio va a pasar.
 

         Si las hogueras estaban a punto de ser prendidas. Hacíamos coros. Satanás también pretendía bailar alrededor de nuestras almas. Aquella noche no iba a dormir. Era la fiesta del Infierno.
         El fuego era el protagonista…

Fragmentos de “La noche meiga” entresacado de mi libro “El séptimo cielo” 

foto: FIESTAS FUNDACIONALES DE LA CIUDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA. Foto: J. Péres Curbelo
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martes, 21 de junio de 2016

EL MITO DE LA NINFA ECO

La ninfa Liriópe, violada por Cefiso, dio a luz un hermoso niño al que llamó Narciso. Tenía ya dieciséis y su hermosura era indescriptible. De él se enamoró Eco.

Era Eco una joven muy charlatana que recibió un terrible castigo, precisamente por hablar tanto. Juno fue quien la castigó y Júpiter el motivo. Ella recibió el castigo y él… nada. Cada vez que el dios quería “yacer” en el monte con alguna ninfa, mandaba a Eco ante Juno siempre con las mismas órdenes:

-Ve a ver a mi esposa y dale conversación. Cuéntale lo que quieras. Tenla entretenida para que no me busque.



La joven  obedecía al momento los mandatos del dios. Y, cuando veía que la ninfa de turno ya se marchaba, se despedía de la diosa.

Mas Juno descubrió el engaño y castigo severamente a la niña:

-Tu lengua, le dijo, - con la que tantas veces me has burlado hablará, pero sólo será capaz de repetir las palabras que oigas, y no todas. Ya no podrás entretener más a la gente y mucho menos a mí.
Eco no alcanzo a conocer la magnitud del castigo hasta que se enamoró de Narciso. El joven iba todos los días a cazar. Sin que éste lo supiera, la ninfa lo seguía por los campos y los montes. Oculta para que no la descubriera, no cesaba de observarlo y admirarlo, y día a día crecía en ella la llama del amor. Numerosas veces intento llamarlo y entablar con él conversación, pero las palabras no salían de su boca.

Un día Narciso oyó un ruido a sus espaldas. Se volvió para ver quien o qué había allí pero no vio nada:

-¿Hay alguien ahí? preguntó

-Ahí, respondió Eco.

Narciso miró a su alrededor. No había nadie.

-Quien quieras que seas, comenzó a decir, -sal.

La joven repitió la orden.

-Sal.

La ninfa repetía una y otra vez sus palabras finales.

Dijo entonces Narciso: -Ven y así nos veremos. Juntémonos.

Con gran deseo pronunció Eco esta última palabrea. Y mientras la decía, apartaba con sus manos los arbustos que la separaban del joven y tendía sus manos hacia el cuello que deseaba abrazar. Narciso huyó y dejó el abrazo sin dar.

Eco sintiéndose despreciada, se ocultó en el bosque y a partir de ese momento vivió en cuevas solitarias. Pero no podía olvidar a su amor. Por las noches no lograba conciliar el sueño y se iba consumiendo poco a poco. Finalmente solo quedaron la voz y los huesos. Estos se transformaron en piedra siendo la voz lo único que permaneció.

 Nadie podía ver ya a la joven pero todos podían oírla. El sonido fue lo único que quedó de ella.
                                               (Texto adaptado de Ovidio, Metamorfosis III, 339 -402)

                                               Antología (selección y adaptación Cristina Sánchez Martínez 

Foto: Eco y Narciso, de Internet. 

viernes, 17 de junio de 2016

NE ME QUITTE PAS, JACQUES BREL: Sonido Édith Piaf

https://www.youtube.com/watch?v=slHjkszSAKs

'Ne me quitte pas'
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Il faut oublier
Tout peut s'oublier
Qui s'enfuit déjà
Oublier le temps
Des malentendus
Et le temps perdu
A savoir comment
Oublier ces heures
Qui tuaient parfois
A coups de pourquoi
Le coeur du bonheur
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Moi je t'offrirai
Des perles de pluie
Venues de pays
Où il ne pleut pas
Je creuserais la terre
Jusqu'après ma mort
Pour couvrir ton corps
D'or et de lumière
Je ferai un domaine
Où l'amour sera roi
Où l'amour sera loi
Où tu seras ma reine
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Je t'inventerai
Des mots insensés
Que tu comprendras
Je te parlerai
De ces amants là
Qui ont vu deux fois
Leurs coeurs s'embraser
Je te raconterai
L'histoire de ce roi
Mort de n'avoir pas
Pu te rencontrer
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
On a vu souvent
Rejaillir le feu
D'un ancien volcan
Qu'on croyait trop vieux
Il est paraît-il
Des terres brûlées
Donnant plus de blé
Qu'un meilleur avril
Et quand vient le soir
Pour qu'un ciel flamboie
Le rouge et le noir                                                  
Ne s'épousent-ils pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Je ne vais plus pleurer
Je ne vais plus parler
Je me cacherai là
A te regarder
Danser et sourire
Et à t'écouter
Chanter et puis rire
Laisse-moi devenir
L'ombre de ton ombre
L'ombre de ta main
L'ombre de ton chien
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas.
 
'No me dejes'
No me dejes
hay que olvidar
todo se puede olvidar lo que ya huya
olvidar al tiempo
de los malentendidos
y el tiempo perdido
a saber como
olvidar a estas horas
que mataban a veces
de golpes de por qué
el corazón de la felicidad
no me dejes (*4)
yo te ofreceré
unas perlas de lluvia
venidas de países donde no llueve
cavaré la tierra
hasta después de mi muerte
para cubrir tu cuerpo
de oro y de luz
haré un dominio
donde el amor será rey
donde el amor será ley
donde tu serás mi reina
no me dejes (*4)
Te inventaré
palabras insensatas
que entenderás
te hablaré
de aquellos amantes
quien han visto dos veces
sus corazones abrasarse
te contaré
la historia de este rey
muerto por no poder
encontrarte
no me dejes (*4)
a menudo hemos visto
saltar en fuego
de un antiguo volcán
que pensábamos demasiado viejo
parece ser que hayan
tierras abrasadas
dando más trigo
que un mejor abril
y cuando llega la tarde
para que un cielo brillé
el rojo y el negro
¿no se abrazan?
no me dejes (*4)
no lloraré más
no hablaré más
me esconderé aquí
viéndote
bailar y sonreír
y a escucharte
catar y después reír
déjame volverme
en la sombra de tu sombra
la sombra de tu mano
la sombra de tu perro
no me dejes (* 4)


Ne me quitte pas es una de las canciones más bellas y desesperantes canciones de la historia del amor. Compuesta, escrita e interpretada por el cantautor belga Jacques Brel.

Una canción perfecta. Fue publicada en 1959 y fue escrita tras la separación de Brel y su amada, la  actriz cómica Suzanne Gabriello, conocida por  Zizou, aunque fue él quien la dejó a ella.

Jacques Brel, hombre nostálgico, cantó a la infancia. Amó y se entregó vehemente a Zizou durante todo un lustro. Cinco años repletos de intrigas, de encuentros y desencuentros. Un amor prohibido, loco, apasionado, extraño, entre la intelectualidad triunfante de los últimos años 50 en París.

Al final, Brel se comportó como muchos hombres asustados que se resisten a abandonar a su esposa y decidió preservar a la comprensiva Michel, Therese Michielsen, con la que tenía tres hijos. Un descenlace envuelto en sombras y angustia que le llevó al cantante a componer un brillante retrato de de la pérdida de un gran amor: Ne me quitte pas.

Antes de que los estudiantes de París lanzaran la revolución cultural que, en alguna medida, significaron las barricadas de 1968, Brel cambió de rumbo. En el Olimpia, el music-hall que los franceses consideran como el más célebre del mundo.

Brel dijo adiós al mundo de la canción en 1967. Murió a los 49 años.

Foto Jacques Brel y Zizou tomada del mundo.es y de las redes internet.

martes, 14 de junio de 2016

LA FRANCESA, ADOLFO BIOY CASARES

          Me dice que está aburrida de la gente. Las conversaciones se repiten. Siempre los hombres empiezan interrogándola en español: « ¿Usted es francés?» y continúan con la afirmación en francés: « J’aime la France». Cuando, a la inevitable pregunta sobre el lugar de su nacimiento ella contesta «Paris», todos exclaman: «Parisienne!», con sonriente admiración, no exenta de grivoiserie como si dijeran «comme vous devez éter cochonne!». 

         Mientras la oigo recuerdo mi primera conversación con ella: fue minuciosamente idéntica a la que me refiere. Sin embargo, no está burlándose de mí. Me cuenta la verdad. Todos los interlocutores le dicen lo mismo. La prueba de esto es que yo también se lo dije. Y yo también en algún momento le comuniqué mi sospecha de que a mí me gusta Francia más que a ella. 

         Parece que todos, tarde o temprano, le comunican ese hallazgo. No comprendo -no comprendemos- que Francia para ella es el recuerdo de su madre, de su casa, de todo lo que ha querido y que tal vez no volverá a ver.

Adolfo Bioy Casares, nació en Buenos Aires, en 1914 y murió en marzo de 1999. Como escritor argentino abordó las literaturas fantástica, policial y de ciencia ficción.

Es considerado uno de los escritores más importantes de su país y de la literatura en español, habiendo recibido el Premio Internacional Alfonso Reyes y el Premio Miguel de Cervantes, ambos en 1990. Colaboró literariamente en varias ocasiones con Jorge Luis Borges, y este consideró a Bioy como uno de los más notables escritores argentinos. Fue esposo de la escritora Silvina Ocampo.

En 1929 escribió Prólogo, manuscrito que revisó y mandó a imprimir su padre. Su temprana vocación por las letras fue estimulada por su familia, y ya en 1933 publicó el volumen de cuentos Diecisiete disparos contra lo porvenir. El mismo año de su boda publicó La invención de Morel   (1940), su obra más famosa y un clásico de la literatura contemporánea.

Su obra narrativa le valió diversos galardones, como el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) en 1975 y el Premio Cervantes en 1990. Se lo distinguió como Miembro de la Legión de Honor de Francia (1981) y Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires (1986) Algunas de sus obras fueron llevadas al cine.

foto: Adolfo Bioy Casares, elpais.com

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viernes, 10 de junio de 2016

ALDABAS, POEMAS. ANTONIO ABDO

ALDABA   1

¿Por qué no atiendes mi llamada?
Estás. Lo sé.
Lo proclama tu aroma en la madera.

Estás.
Dentro estás. Lo anuncia
El sol que te acaricia
Más allá de los frutos permitidos,
Más allá del deseo.

Los vitrales te dan su compromiso.
Callan.
Y tú callas.
Te buscas en tus ojos,
Sombra y luz de tu gozo indescifrable.

Sigo el rastro
Del pálpito del aire
Y me vuelvo al encuentro
De mi último recuerdo. 

En Playa de las Américas (9-1-2012)

ALDABA   17

No puedo escribir y verte sola entre las olas.

Ellas te llevan, te traen y, de pronto, desapareces.
Te busco, y en la memoria mi soledad te
Trasfigura.
Cambio la aldaba por un grito unánime.

Estás y no estarás, todo es posible
En este apenas mar embravecido.

Y de pronto advierto cómo surges
Desde el piélago y vuelves a tu arena.

Un sorbo de cerveza me recorre
Y busco las palabras que te acerquen. 

                      El Medano (Granadilla de Abona)

Hace unas semanas, el escritor Anelio Rodríguez hablaba sobre el último libro de poesía de Antonio Abdo, Aldabas. Hablaba sobre un amigo, un ser cálido, un escritor, un hombre de teatro. Disfrutábamos de la charla. Celebrábamos el Primer Encuentro de Escritores Félix Francisco Casanova, en la Real, 21, Los Llanos de Aridane, 

A los pocos minutos, Antonio Abdo, que parecía darle vueltas a algo, echó una mirada a todos los asistentes y afirmó que le gustaba la palabra aldaba, que le gustan las palabras que empiezan por al. Esas palabras del árabe hispánico en la que uno de las principales peculiaridades fue la incorporación al inicio de la palabra del artículo al. No podemos olvidar que el árabe es, después del latín, la lengua que más léxico ha aportado al castellano.

-Me gustan las aldabas y las palabras que comienzan por al repetía y enumeraba una nueva y otra y otra.  

Y quizás, al poeta le gustan las aldabas porque ha descubierto el poder que han tenido en las ciudades como museos al aire libre. El poder de esconder un lenguaje propio, un mundo gráfico que le ha servido a Antonio Abdo para iniciar un diálogo, para abrirse a su realidad, para utilizarlas como testigo de su dolor. Un dolor que expresa como reflexión.

En el Poemario Aldabas, el poeta se acerca a través de esos llamadores a los afectos, a los recuerdos, a una cotidianidad aguda y punzante, al abismo de lo humano que lo golpea en espirales sucesivas. A una realidad, y lo manifiesta a través de sus emociones. De unas emociones condicionadas por la historia del momento en que se expresan.    

Palpita en Aldabas el miedo y la soledad de la noche. Recuerdos de voces y silencios, de palabras sumergidas en el delirio. En el amor que de forma subyacente o emergiendo a la superficie está presente en unos versos hechos de aflicción ante la enfermedad de su esposa, Pilar Rey. Ante el naufragio emocional del autor. 


En definitiva Aldabas es un libro en el que habita Eros y Thánatos en forma de confesión o de diario íntimo. Es la actitud vital del hombre que no desfallece.


Antonio Abdo Pérez nació en Los Realejos, Tenerife, de padre libanés y madre canaria. Estudió la carrera de Derecho  Ha sido Locutor de Radio Juventud de Canarias, Actor y Director teatral, con premios nacionales de interpretación en Cuenca y Manzanares  -Ciudad Real. Ha codirigido con Pilar Rey la Escuela Municipal de teatro de Santa Cruz de La Palma desde 1981 hasta 2009.

Ha escrito teatro, obteniendo el Premio “Francisco Martines Viera” en 1977, por su pieza El violoncelo, estrenada en el Festival Internacional de Teatro de Stiges, en 1978. Ha publicado los poemarios. El silencio se estremece, Piel de gato con dibujos de Pedro Fausto, Playas, Puzlzles.

Junto a Pilar Rey realiza una gran labor de investigación teatral. Ha realizado conjuntamente el trabajo de transcripción documental para sucesivas ediciones de la Historia de la bajada de la Virgen de Las Nieves de la Palma y la Historia del Teatro en esa isla.

Ha sido profesor de interpretación, ortofonía y verso clásico en la Escuela Municipal de Teatro de Santa Cruz de La Palma. Actualmente junto a Pilar Rey dirige la Compañía de Teatro que lleva sus nombres.



Fotos: Nicolás Mellini


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lunes, 6 de junio de 2016

EMOTIVO HOMENAJE A DOS POETAS EN LA LAGUNA, LA PALMA.


En las pasadas fiestas de La Laguna, La Palma, tuvo lugar en la Asociación de Vecinos Velia, dirigida por Marcelino Rodríguez, un homenaje a dos poetas Antonio Hernández Capote y Antonio Rodríguez Martín.   

El pintor Arsenio Morales, hizo de maestro de ceremonias y nos leyó una biografía resumida de ambos poetas, y la narradora y poeta Rosario Valcárcel recitó durante el acto una selección de poemas. Poemas repletos de una escritura llena de encanto y de recuerdos, de vivencias. Las sensaciones y la dicha del paisaje y el alma de los pueblos de una isla: La Palma.

Un acto entrañable en el que gracias a Samuel Camacho Hernández en la parte técnica  disfrutamos de la proyección de un documental en el que el bisnieto de Hernández Capote, José Ángel Heftye Hernández, nos reveló desde Tampico, Tamaulipas, México, algunos recuerdos familiares y poéticos como un escritorio antiguo, libros y cuadernos en el que tomaba notas o escribía poemas. Ejemplares de algún libro y la promesa de sacar en breve una nueva edición de la obra inédita que dejó su bisabuelo.

Vimos también y escuchamos desde San Miguel de Allende, Guanajuato, México, a un ser cálido, al hijo de Antonio Rodríguez Martín, don Antonio Rodríguez Simón, quien ha publicado cinco obras en prosa y una en verso. El Sr. Rodríguez Simón nos desgranó las puertas secretas por las que caminó su padre tanto en el terreno personal como en el oficio de poeta.

Al acto acudieron familiares, amigos, vecinos, pintores y escritores, así como el sacerdote don Alberto Hernández y  la alcaldesa de Los Llanos de Aridane, doña Noelia García Leal.  

CHARIVARI, Aires populares.
Al autor de Gloria
Unas riberas suaves, típicas
unos barrancos grises áridos,
unos pinares vastos, fértiles,
y unas límpidas fuentes de gusto ático.

Unas aves canoras y gentílicas,
que alegran las umbrías con sus cánticos,
un cielo que acaricia siete dríadas
cuyos pies besa humilde el mar Atlántico;

Unas chozas do moran mil artísticas
huríes; elevarse mayestático
a las nubes, mitad del cabalístico

grupo, ese gran Teide, admiración de glaucos
hais de ver do fue Iriarte y cien empíricos
trovadores azules sistemáticos,  “Flores del alma” de Antonio Hernández Capote (1910) 



Dos poetas, Antonio Hernández Capote y Antonio Rodríguez Martín nacidos los dos en una zona de La Palma denominada antes de la conquista por el cantón de Tihuya que abarcaba Puerto Naos, Todoque, parte de Las Manchas y Tajuya y La Laguna que fue donde nacieron nuestros personajes. Escritores capaces de transmitir a través de la poesía emociones y sentimientos.

Desde joven Hernández Capote comienza a publicar crónicas y poemas en diversos periódicos de La Provincia. Se casó en 1905 en Los Llanos de Aridane con Mercedes Hernández Brito. De este matrimonio nacieron sus hijos, Juana, Antonio, Mercedes, Nicolás  y Francisco.

Emigró a Cuba hacia 1899 para estudiar Literatura y talleres de lectura y redacción entre otros la “Asociación de Dependientes de Comercio” de La Habana y en 1906 es nombrado socio de mérito por parte de la Asociación de Dependientes del comercio  de la Habana, Cuba.

Hizo viajes a Canarias y finalmente recaló en Tampico a partir de 1912. Falleció el 28 de febrero de 1926 a los 58 años.

Durante las fiestas de San Isidro Labrador y la Santa Cruz del año 2010 se celebró un acto homenaje a Antonio Hernández Capote con motivo del centenario de la publicación de su primer poemario “Flores del Alma”.


MI PUEBLO
Se encuentra en tus hijas un trato que complace
al ser más melancólico despiertan la pasión
Y cuando de sus labios una palabra nace
al desprenderse llega a unirse al corazón.
En ti se hallan mujeres hermosas como flores
en ti pasarse puede la vida en un edén
En ti se liba el néctar fluvial de los amores
y ese néctar pude libarlo yo también.
Se oyen los cánticos, a impulsos de la brisa
del mirlo que en la cumbre gorjea en su canción
y al bajar se observan prolíficas sonrisas
que unida a dulces frases excita el corazón.
¡Oh pueblo del ensueño, te tengo en remembranza
en ti se enciende el fuego de la pasión que quema!
cada recuerdo tuyo merece una alabanza
Igual que cada hija merece una diadema
En ti pasé los años mejores de mi vida,
por eso la nostalgia me llena de dolor;
por eso yo quisiera, mi patria tan querida
formar en tus terrenos el nido de mi amor, de “Amor y belleza” de Antonio Rodríguez Martín (1925)


Antonio  Rodríguez Martín se casa en 1928 con Aurea Simón Gómez natural del barrio de La Laguna, residiendo en La Cruz Chica. Y fue socio fundador de esta Sociedad de Instrucción y Recreo “Velia” y de la comparsa “Blanco y Negro” que en ella se formó, para animación del carnaval, haciendo modificaciones al Himno de la Sociedad para cantarlas en esas fiestas.

En 1936 emigra a México. Allí nace su hija Irma. En los años 50 pudo regresar a La Palma en donde se reencontró con familiares y amigos. Murió en México en 1988 contando 89 años de edad.
En el año 2001 fue nombrado Socio de Mérito por la Sociedad Velia de La Laguna.

Dos escritores Antonio Hernández Capote y Antonio Rodríguez Martín, quienes supieron homenajear a sus amadas, a sus amigos y a sus conocidas. Transformar los tiempos difíciles, lo humilde y lo cotidiano a la categoría poética. 

Mis felicitaciones a Marcelino Rodríguez por impulsar las fiestas y la cultura en Los Llanos de Aridane y, especialmente en La Laguna de la isla de La Palma.

Fotos: Antonio Hernández Capote y Antonio Rodríguez Martín, Arsenio Morales 
 y Rosario Valcárcel

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sábado, 4 de junio de 2016

'Je t'aime... moi non plus', con vídeos



TE AMO… YO TAMPOCO
Letra y música: Serge Gainsbourg
Arreglos: Arthur Greenslade

Je t’aime je t’aime
Oh oui je t’aime
Moi non plus
Oh mon amour
Comme la vague irrésolue
Je vais, je vais et je viens
Entre tes reins
Je vais et je viens
Entre tes reins
Et je me retiens

Je t’aime je t’aime
Oh oui je t’aime
Moi non plus
Oh mon amour
Tu es la vague, moi l’île nue
Tu vas, tu vas et tu viens
Entre mes reins
Tu vas et tu viens
Entre mes reins
Et je te rejoins

Je t’aime je t’aime
Oh oui je t’aime
Moi non plus
Oh mon amour
L’amour physique est sans issue
Je vais je vais et je viens
Entre tes reins
Je vais et je viens
Je me retiens
Non ! maintenant viens...



Te amo
oh sí, te amo
Yo tampoco
oh amor mío
Como la ola irresoluta
voy, voy y vengo
entre tus caderas
voy y vengo
entre tus caderas
y me retengo

Te amo, te amo
oh sí, te amo
Yo tampoco
Oh amor mío
Tú eres la ola, yo la isla desnuda
vas, vas y vienes
entre mis caderas
vas y vienes
entre mis caderas
y yo me uno a ti

Te amo, te amo
oh sí, te amo
Yo tampoco
Oh amor mío
El amor físico es sin salida
voy, voy y vengo
entre mis caderas
voy y vengo
me retengo
¡No! Ahora, ven(1)

(1) «Viens», además de la forma imperativa del verbo Venir (ven), tiene la connotación sexual de «córrete».
Esta canción fue grabada originariamente en 1968 por Serge Gainsbourg y su amante de entonces, Brigitte Bardot, quien pidió posteriormente a Gainsbourg que no hiciese pública esta grabación, temiendo que pudiese perjudicar su imagen.

Un año más tarde, Gainsbourg grabaría este tema con Jane Birkin. La versión Gainsbourg-Birkin fue prohibida en las radios de varios países, entre ellos España, y denunciada públicamente por el Vaticano. El single vendió más de un millón de copia

Les recomiendo este enlace: la versión original, fotos y documentación.


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miércoles, 1 de junio de 2016

"FINAL EN FORMA ORDENADA"

Por Eduardo Sanguinetti, filósofo

Quizás estimados lectores les agradaría que no haya escrito este Editorial a modo de Réquiem o tal vez coincidan en sus términos, pero no puedo dejar de hacer mención del poder de las bestias, de la justicia criminal, de la avidez burguesa, de la cobardía de los pueblos, de la hipocresía e inutilidad de organismos internacionales que sarcásticamente “bregan por la paz” y “la igualdad de derechos de los hombres”, de la genuflexión de las corporaciones periodísticas del mundo y de los intelectuales esclavos, que impulsan y justifican el estado de guerra concreto y virtual permanente, instalado en este pobre planeta globalizado y caótico.
Quisiera agregar además que la humanidad se está cocinando un porvenir con los miembros paralizados, los nervios destrozados y la cabeza congelada.

Hago mención también de la ley utilizada por los poderes cual corteza que legitima delitos, las neuralgias sociopolíticas. ¡Ah! y no olvido a los distribuidores de premios, en nombre de la simulada hermandad de todos los hombres: academias escleróticas instaladas para justificar la ubicuidad de ausencia de sentido vital en este mundo que ya no se comprende.

¿O bien debo hacer una apología de mesías inversos? O dedicar unas palabras a presidentes offshore, a los mercaderes de armamentos y de drogas, a las top models como mercadería de intercambio de la imagen de la actualidad, a los notorios periodistas negociables que llegan a la noticia cuando todo ha pasado o simplemente la inventan, a los empresarios que se legitiman en la estafa, a la irreflexión y la bajeza, a la vejez como horror ejemplar, al suicidio de los pueblos.

No hago más que arrojar algunas palabras: aislamiento, genocidio, degeneración, vulgaridad, prostitución… Hago hincapié en el espectáculo de la existencia que un día en un solo instante, en el instante decisivo, arrojará al hombre al espejo que ya no reflejará su imagen.

No deseo hablar de imperios en putrefacción, ni de religiones, ni de repúblicas estúpidas, ni de tratados entre naciones, ni de amor a la patria, ni de abyecta neutralidad, pero no puedo evitar sonreír ante quienes gobiernan este mundo o los poderosos de turno.

¡Horror!: una humanidad cómplice y cobarde, hombres que consumen toda la basura que se les ofrece, mandarines y mandaderos, con la pobreza de sus necesidades.

Criaturas de la degradación, criaturas de la agonía, todo es claro, nada comprenden.

La resurrección de dioses y demonios crece cuanto crece la incertidumbre. En ella afloran al mismo ritmo todo tipo de creencias y descreencias, que crecen en su propio ocultamiento, del mismo modo que los desastres ecológicos, la extensión de un apocalipsis, se sustenta en siglos y siglos de valores que contemplan y predestinan holocaustos cotidianos, frente a los que la indolencia de esta civilización, que descree lo que supone superado, convirtiéndose en cómplice de los delitos que se perpetran minuto a minuto, en nombre del entendimiento y el ensimismamiento de la diferencia en relación.

Una situación de bajas defensas perfecta para el advenimiento de todo tipo de nostalgias de disciplina o de obsesión de diferencia: abierto el estado de cosas a fundamentalismos, racismos, academicismos y mesianismos camuflados de progreso… de huidas hacia atrás o hacia delante, en naturaleza, cultura y vida.

Así pasan los días y las horas se convierten en asuntos negociables, todo tiene valor en moneda. El mercantilismo impuso su sustancia, sentenciada la calle por el prostíbulo político que promueve a sus “héroes” en la pantalla chica… o tal vez en las denominadas redes sociales.

Hay demasiados muertos sin vigencia y la vida guiña su ojo económico donde la mesa de enlace nunca consigue desenlace.

En medio del drama hay numerosos premios. La gente dice estupideces en 3D: un imbécil, un candidato, una clave… qué importa, adoran la justicia cuando está de su mano.

Previsible final a todo celuloide, donde las campañas políticas las impulsan dobles prestigiosos de un circo mediático de consecuencias imprevisibles para la salud mental de un pueblo que baja la cabeza. La verdad fue violada en toda su evidencia, ¿no es razón suficiente?

La realidad se transformó en sujeto del destino, mientras el sujeto es apenas su objeto: absoluta crisis de lo absoluto.

Paralizados en la anarquía de la página, el origen cierra sus puertas, y la tierra de nadie recoge el desperdicio de restos humanos, que respiraron la atmósfera podrida de este tercer milenio

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